Uno de los eventos OVNI que más ha sorprendido a Inglaterra sucedió en presencia de dos «pesos pesados» de la aviación británica, Michael Swiney y David Crofts. Hablamos del Incidente de Little Rissington.
El 21 de octubre de 1952, Michael Swiney, teniente de vuelo de la Royal Air Force de Inglaterra, despegó en un vuelo de entrenamiento con un estudiante.
El entrenamiento se llevaría a cabo en la Escuela Central de Vuelo de la RAF, en Little Rissington, y su alumno era el actual teniente de la Marina Real, David Crofts.
El plan era despegar y alcanzar unos 12000 pies de altura, todo iba bien hasta que Swiney divisó tres extraños objetos de color blanco y totalmente esféricos volando a una altura aproximada de 35000 pies.
La primera impresión que tuvo el piloto era que se trataban de tres paracaídas, por lo que posiblemente había pilotos que necesitaba ser auxiliados.
Swiney consiguió llegar a la misma altura, acercándose lo suficiente para notar que aquello no eran paracaídas, mucho menos algo conocido.
No poseían alas, respiraderos, escotilla o algo que sugiriera que era una un avión común. De hecho, Swiney declaró después que pensaba que estaba alucinando por la falta de oxígeno. Sin embargo, Crofts también lo vio.
Crofts declaró que había visto por la ventana y se encontró con tres «puntos» delante de ellos. No serían más grandes que una uña, por lo que estaban a cierta distancia.
Los objetos se acercaban y alejaban de vez en cuando, por lo que notó que eran totalmente circulares y traslúcidos. Parecía que veían una especie de lente.
Sorprendido, Swiney decidió dar por finalizado el ejercicio y volver a la base, a pesar de que Crofts le insistió que lo mejor era interceptar aquellas cosas.
Una vez en la base, comunicaron lo sucedido a Control de Tráfico Aéreo, quienes les obligaron volver a acercarse a los OVNIs.
A regañadientes, Swiney volvió a levantar vuelo y se acercó a toda velocidad, consiguiendo situarse delante de ellos. Sin embargo, de un momento a otro, los objetos cambiaron su ángulo de vuelo, alejándose a una velocidad imposible para cualquier avión terrestre.
El avistamiento en tierra firme
Mientras los pilotos se encontraban volando, el radar de Intercepción de Control de Tierra del sur de Inglaterra, captó la señal de los objetos y estos se desplazaron a 3000 millas por hora sobre el suroeste inglés.
El pánico se esparció entre las autoridades ya que todos los aviones que se encontraban volando en ese momento estaban contabilizados.
Tomando en cuenta que esto sucedió en plena Guerra Fría, el temor era evidente. Por esa razón se enviaron aviones de combates a unirse a Swiney y neutralizar cualquier amenaza.
Los objetos no se volvieron a ver y las autoridades decidieron mantener todo en silencio, a pesar de que el incidente también fue detectado por otras estaciones cercanas.
Todo parece indicar que el gobierno se «desentendió» del asunto. Incluso, personas afines al gobierno de la época aseguraron que los archivos sobre este incidente desaparecieron de un momento a otro, como si nada hubiese sucedido.
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