Vivir y sobretodo crecer en el espacio, fijándonos particularmente en Marte, ha fascinado a las últimas generaciones humanas. Por poner dos ejemplos, Elon Musk dice que su compañía SpaceX podría llevar humanos al planeta rojo en el año 2025, y por otro lado a la NASA promete cumplir la misma misión en 2033.
La colonización de otros planetas fue muchas veces sujeto de novelas y películas de ciencia ficción, pero al mismo tiempo también supone una posibilidad que los científicos han estado estudiando durante las últimas décadas.
Aparte del problema del desplazamiento a otro planeta potencialmente habitable, también hay aspectos relacionados con la resistencia de los humanos en medios hostiles. Sin embargo, parece que también hay una solución para eso.
La clave está en la biología sintética
La construcción de hábitats artificiales podría resultar ineficiente, pero el uso de la biología sintética (un campo de investigación que combina la biología y la ingeniería genética) permitiría a los científicos “construir” humanos, plantas o bacterias genéticamente modificados para crear nuevos hábitats en otros planetas.
El organismo humano está perfectamente adaptado a la vida en la Tierra, pero esto también significa que algunos entornos del espacio no serían muy apropiados para nosotros. Por ejemplo, en el espacio cósmico, las condiciones medioambientales son mucho más duras que en la Tierra.
Los astronautas se enfrentan a problemas relacionados con la microgravedad, que puede debilitar los huesos y afectar el miocardio. Además, la exposición a radiaciones cósmicas, incluso por poco tiempo, puede afectar irremediablemente el ADN humano.
En este momento, Marte es la mejor opción para una colonización humana, pero incluso allí estaríamos expuestos a numerosos peligros.
“Si tuviéramos que enviar a cualquiera de nosotros a Marte en este momento, incluso dándole alimentos, agua, aire y un traje espacial, seguiría sintiendo los efectos negativos que tienen las radiaciones ionizantes sobre la salud humana”, según ha declarado Lisa Nip del MIT.
Modificación genética de humanos y otros organismos
La solución propuesta por Nip tiene que ver con la modificación genética. Ella propone tomar los genes especiales de organismos más resistentes que las personas, como por ejemplo la bacteria Deinococcus radiodurans, que puede sobrevivir sin problemas a radiaciones ionizantes 100 veces más fuertes que la dosis suficiente para matar a un humano.
Aparte de la modificación genética de los humanos, la biología sintética puede usarse para modificar organismos que pueden ser llevados por los exploradores espaciales a otros planetas.
Para cultivar plantas en Marte, éstas podrían ser modificadas genéticamente para adaptarse mejor al suelo del planeta rojo. Así serían mucho más resistentes a las sequías y al frío.
Del mismo modo, los genes que protegen del frío a determinadas especies de peces podrían ser introducidos en los organismos de algunas plantas para resistir mejor a las bajas temperaturas de Marte.
Estos procedimientos de modificación genética implican varios problemas éticos, pero hasta entonces, los investigadores aún tienen que trabajar mucho para poder construir organismos perfectos para la colonización de otros planetas.. ¿Que opinas? Déjanos tu comentario! 😉
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