El High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia) es un programa financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) y la Universidad de Alaska. Su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia (tales como la detección de misiles).
Las actividades del programa se realizan en la Estación de Investigación de HAARP (en inglés, HAARP Research Station), una instalación situada cerca de Gakona, en Alaska.
El principal dispositivo de la Estación HAARP es el instrumento de investigación ionosférica (IRI, acrónimo en inglés), un potente radiotransmisorde alta frecuencia que se emplea para modificar las propiedades en una zona limitada de la ionósfera. Los procesos que ocurren en dicha zona son analizados mediante otros instrumentos, tales como radares UHF, VHF y de sondeo digital, y magnetómetros de saturación y de inducción.
La Estación HAARP empezó a funcionar en 1993. El IRI actual opera desde el año 2007 y su contratista principal fue BAE Advanced Technologies. Hasta 2008, HAARP había gastado aproximadamente 250 millones de dólares, financiados con impuestos para su construcción y costos operacionales.
El proyecto ha sido culpado por teóricos de la conspiración como causante de una amplia gama de eventos, incluyendo numerosos desastres naturales. Sin embargo, varios científicos y académicos han comentado que el HAARP es un blanco atractivo para dichos conspiracionistas debido a que, en palabras del investigador informático David Naiditch, «su finalidad parece enigmática para los que tienen poco conocimiento científico».
El HAARP y El Proyecto Rayo Azul
En la Primera etapa
Según la teoría, se trataría de orquestar terremotos y otros desastres naturales de un modo artificial (con la ayuda de aparatos, como por ejemplo el mítico HAARP). En ciertas ubicaciones precisas alrededor del planeta, donde supuestos nuevos descubrimientos explicarían finalmente las doctrinas tradicionales de los distintos credos del mundo, convirtiendo a estos en erróneos. Las suposiciones sobre la aplicación fantástica de la tecnología Tesla sería un factor importante, ya que, según los creyentes, esta tiene muchos usos, entre ellos el teletransporte y las llamadas «trompetas del apocalipsis».
Esta falsificación sería utilizada para hacer creer a la población que toda doctrina religiosa se ha entendido y se ha interpretado de manera equívoca. Según la teoría mencionada, el período de confusión habría comenzado en las películas estadounidenses, las cuales tienen en común el hecho de tratar temáticas tales como invasiones extraterrestres, aniquilación completa de pueblos, culturas alienígenas y sus credos anexos y contactos pacíficos con seres de otros mundos.
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