En el corazón de la provincia de Barcelona, y en medio de un paisaje de montañas de perfiles suaves y gastados, se alzan las audaces e imponentes formas del macizo de Montserrat.
Según se cuenta, el interior de la montaña de Montserrat «permanece hueco y guarda dentro de sí todo un mundo interior que le conecta con otras dimensiones y otros mundos fantásticos».
Es por esto que las formaciones de Montserrat son fantásticas, mágicas y desafiantes, como de otro universo.
Las rocas de Montserrat son aglomerados endurecidos de cantos rodados, que parecen ser restos de una remota inundación planetaria, guijarros, barro y materiales sedimentarios.
Montserrat siempre ha sido un lugar especial. Los nazis estaban convencidos de que sus rocas encerraban el santo grial. Es por ello que Heinrich Himmler, el jefe de las SS del régimen nazi, visitó Montserrat el 23 de octubre de 1940.
Guarden sus tierras o no el cáliz que se cree que utilizó Jesucristo en la última cena, el simbolismo que encierra el ‘monte serrado’ es evidente, desde que se encontró la imagen de la Virgen en la Santa Cova, según la leyenda.
La fábula cuenta que en el año 880 unos pastores vieron caer del cielo una fuerte luz junto a unos melódicos sonidos y que, a la semana siguiente, el mismo día de la semana -un sábado-, el fenómeno se repitió. Avisaron entonces al rector de Olesa, que les acompañó los cuatro siguientes sábados, y dejó constancia de esa visión.
El obispo, al enterarse, organizó una visita. Es entonces cuando encontraron una cueva en la que se hallaba la imagen. Al intentar trasladar la talla, esta se hizo tan pesada que fue imposible de trasportar, lo que fue interpretado como que la Virgen no deseaba cambiar de sitio, y se ordenó construir una capilla.
Avistamientos de OVNIs
A partir de ahí, la leyenda en torno a la magia de la montaña no ha hecho más que aumentar. Se cree que es el lugar idóneo para el avistamiento de ovnis.
De hecho, cada día 11 de cada mes desde 1977 se reúne un grupo de aficionados a la ufología en la ya conocida como ‘explanada de los avistamientos’ para tratar de avistar “naves trazadoras”.
La elección de la fecha (el día 11) es para conmemorar el llamado ‘caso de Manises’ (el 11 de noviembre de 1979), según explica Fran Recio, “un homenaje al avistamiento más famoso de España”, asegura. Y muchos de los aficionados afirman que han sido testigo de estos avistamientos.
Lo cierto es que Montserrat es, para muchos, una montaña en la que confluyen diversas energías cósmicas y que el santo grial que se cree que contienen sus entrañas es el creador de toda la magia presente en la montaña barcelonesa.
Y es por ello por lo que se cree que ha habido multitud de desapariciones en la montaña y sus inmediaciones.
«Portales a otros Mundos»
Hay quienes hablan de que en la montaña hay puertas que conectan las distintas dimensiones y que hay una conexión directa entre Agharta -el reino subterráneo de los dioses- y Montserrat, y quienes creen en esto dicen que la energía que mana de la montaña mágica procede de este mundo intraterrestre.
Según la leyenda de las puertas interdimensionales, este portal de conexión entre mundos fue creado por antiguos habitantes de Atlántida, la isla mítica desaparecida en extrañas circunstrancias.
Algunos documentales proponen una aproximación a una nueva dimensión arqueológica: «el descubrimiento de la primera y más antigua civilización de la historia de la humanidad».
Se trataría de una civilización avanzada cuya antigüedad situamos aproximadamente en el décimo milenio a.C.; una cronología que han establecido en base a la orientación astronómica de estas estructuras descubiertas.
Por lo tanto, esta civilización primigenia representaría el origen de la religión, las ciencias y las artes. Razón por la cual han decidido denominar a esta civilización con el nombre de civilización madre: la madre de todas las civilizaciones.
A finales del siglo XX, el explorador Eliseo López Benito se percató del fenómeno de las modificaciones artificiales del paisaje: «la existencia de una mano creadora e inteligente detrás de un aparente mundo natural de estructuras geológicas».
La presencia de modelos repetitivos en diferentes y lejanos lugares le indujeron a pensar en la existencia de una civilización universal anterior a la historia escrita.
Todo un mundo de estructuras artificiales que la ciencia de la arqueología ha sido incapaz de advertir en el propio paisaje que nos rodea; un imponente legado arqueológico que permanece invisible ante la mirada indiferente de la arqueología contemporánea.
Esto indica que la ciencia de la arqueología ha confundido los vestigios de una civilización anterior a la historia escrita por simples formaciones naturales.
Por estas razones, se trataría de una civilización fuera del paradigma admitido; una civilización fantasma que no existe para nadie..
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