‘Los niños rana’, es el nombre con el que se conoce a un caso que se mantuvo sin resolver por 11 años y que involucró la desaparición de cinco niños de Corea del Sur.
Su desaparición ocurrió un 26 de marzo de 1991, un día feriado debido a las elecciones, por lo cual los niños decidieron pasar su día atrapando ranas —de ahí el mote— en uno de los riachuelos que se forman en el Monte Waryong.
Se estima que hubo más de 300.000 policías y militares desplegados para la búsqueda de los niños, el monte fue recorrido cientos de veces, asimismo se destinó una recompensa de cerca de 30 mil dólares para quien pudiera localizarlos o dar con su paradero.
Sin embargo, a pesar del gran despliegue de agentes, voluntarios y cientos de volantes que se repartieron, la cobertura televisiva del caso y que los padres dejaron sus trabajos y se dedicaron a viajar por Corea del Sur en su búsqueda, no lograron dar con los niños.
Fue entonces cuando varias teorías surgieron, siendo una de ellas que los niños rana habían decidido huir a manera de aventura; por ello hubo cortometrajes y canciones hechas para convencerlos de volver a su pueblo con sus familias.
Asimismo, la policía recibió más de 550 pistas falsas y llaman la atención dos llamadas a lo largo de esta historia:
El primero, en la década de los 90, que declaró que los había secuestrado y quería una recompensa, y el segundo, que de acuerdo al The Dong-A Ilbo —un periódico de Seul—, un hombre llamó a un periódico un día antes del descubrimiento, haciéndoles saber que encontrarían los restos de los niños en el Monte Waryong.
Once años más tarde, un 26 de septiembre del 2002, un hombre que iba en busca de bellotas, encontró zapatos y ropa en la tierra, dando así con los cuerpos de los niños rana.
El informe inicial de la policía indicó que debido a las condiciones climáticas del día de su desaparición, se perdieron y murieron de hipotermia —explicando por qué los encontraron juntos—.
Sin embargo, sus padres, inconformes con las discrepancias de la evidencia, los refutaron. Creían poco posible que los niños se perdieran dado que se trataba de una zona que conocían bien —se encontraron a dos millas del pueblo—.
Al tiempo que no se explicaban la ropa atada, así como los casquillos de bala —la explicación inicial es que a 300 metros había un campo de tiro y cualquiera de ellos pudo haber levantado un casquillo para jugar con él—.
Asimismo, quedaba en duda cómo nadie había notado los cuerpos por tanto tiempo. Fue entonces cuando el caso dio un giro y los policías ahora se enfrentaban a un asesinato y no una desaparición.
Los cuerpos fueron exhumados y se encontró que dos cráneos tenían rastros de sangre, uno de los pequeños había fallecido por un impacto de bala en su cráneo, mientras que tres de ellos presentaban serios golpes en la cabeza producidos por una herramienta, posiblemente un martillo.
Asimismo, el equipo forense de la Universidad Nacional de Kyungbuk encontró que en uno de los brazos, la fractura muestra signos de defensa.
A pesar de haber encontrado a los niños rana y haberles dado un entierro digno —hasta dos años después, en el 2004—, el caso no se ha podido cerrar dado que no se ha encontrado a ningún responsable.
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Que triste la historia de estos inocentes.. deben conseguir al culpable y darle su castigo… Aunque de la justicia divina nadie se salva…
QUE MALDAD DEL O LAS PERSONAS QUE HICIERON ESTO